Habrá que dar con quienes permanecen tercos en la tarea de inventar la máquina del tiempo, y recomendarles, por bien suyo, la claudicación definitiva.

El afán es romántico y a todas luces loable, pero es mi obligación recordarles que no lo lograrán. No se vea ésta como una sentencia fundamentalista, como una consigna de pesimismo ignorante o como un desplante de arrogancia propia de los ateos. El mito es noble y nadie más que yo hubiera querido hacer de los lugares fechas, y viajar de Calder a Tlatelolco como quien toma un tren. Pero la lógica es cruel y la naturaleza mítica de la máquina es, a su vez, prueba de su propia inexistencia: supongamos que el quehacer de tantos años da frutos un siglo después de hoy, cuando la luz aparece en la cabeza de un científico que se ha encargado de recopilar la divagación de tantos otros, en un sólo experimento que acierta. El nuevo eureka es dicho en secreto, y con seguridad pasará mucho tiempo antes de que el invento lleve una marca y la apariencia de una lavadora de trastes. Si así fuera, la máquina sería usada por aquellos que en el futuro quisieran cumplir una comisión en su propio pasado, que nos incluye. ¿Ha visto usted por ahí una máquina del tiempo? ¿Ha recibido la visita de un bisnieto que, un poco por curiosidad y un poco por la buena oferta de una tienda departamental, se hizo de una de esas máquinas, tan populares para entonces? ¿Ha visto por televisión el encuentro de una celebridad del pasado con un jefe de estado de hoy, quien la recibe con un protocolo adecuado al recuerdo que de ella tenemos? No. Por favor, no busque más. Que nunca hayamos visto una máquina del tiempo, es la mejor prueba de que nunca la veremos. A otra cosa.

2 comentarios:

rafael j. dijo...

Muy acertado. Me recordó algo que escribí hace unos años, a ver si te gusta: http://www.rafajimenez.com/Site/Observacilaciones/Entries/2005/5/10_Ya_lo_pasado%2C_pasado.html

José GDF dijo...

Crear una máquina del tiempo supondría crear un artefacto capaz de hacer avanzar o retroceder a la Tierra, a la Luna y a todos los astros a posiciones pasadas o futuras, y eso supondría una cantidad de energía mayor que la que tiene el propio Universo...

...Pero su razonamiento de que nadie ha venido del futuro para contarlo también me vale.

Por cierto, ya tiene publicado su brevísimo resumen en Yenodeblog. Puede verlo aquí mismo.

Si quiere cambiar algo, no tiene más que decírnoslo.

¡Saludos desde el presente!